HISTORIA

El escritor Francisco Delicado y en su novela "La Lozana Andaluza" publicada a finales del siglo XVI habla con admiración y entusiasmo de "...las hermosas y sabrosísimas granadas cosechadas en la huerta del Guadajoz, entre Baena y Castro del Río...", que sus admiradores regalaban a "la lozana" por los momentos de amor compartidos en la Roma de los Medicis.


En una de estas huertas y en los años 70, los Sres. Martínez de Urbina construyen una vivienda. Esta propiedad adquirida posteriormente por el pintor Cristóbal Toledo es restaurada como alojamiento rural.

En esas obras salen a la superficie unos grandes bloques de piedra labrada que hablan de la grandeza que, en su momento debió tener este pago de la Condesa de Argote, coetánea de Felipe II.

Las obras de restauración devuelven al edificio una arquitectura de tipo rural e intimista con la utilización de materiales artesanos: madera, hierro y barro, hasta conseguir un aire del todo acogedor que rememora el pasado.